En 1987, cuando cumplía 13 años, un amigo de mi papá me regaló mi primera cámara: una Nikon N2020. Para un niño de mi edad, era un maquina poderosísima y casi mágica. La cámara tenía uno de los primeros enfoques automáticos del mercado lo que permitía concentrarme en descubrir, encuadrar y capturar el mundo a mi alrededor en vez de preocuparme por enfocar lo que mis ojos veían.

Desde entonces, la fotografía ha cambiado radicalmente. La tecnología ha revolucionado todo, desde los modos de exposición y velocidades de obturación hasta la transición de la película al sensor digital. Hoy en día la infinidad de configuraciones y herramientas de edición nos presentan ante un horizonte de posibilidades técnicas y creativas que antes parecían imposibles.